lunes, 21 de enero de 2013

¿ES POSIBLE ELIMINAR LAS AUTONOMIAS?

La Constitución Española permite pero no obliga a tener una administración intermedia entre el Estado y la Administración Local.

Sería interesante analizar cómo han llegado muchas regiones a la autonomía o cómo incluso se obtuvo de forma ilegal en Andalucía. El estatuto de Cataluña de 2006 fue votado por menos de la mitad de los catalanes con derecho a voto (el 51,2% no lo votó). En el referéndum del primer estatuto andaluz, el 20 de octubre de 1981, la abstención se acercó al 50% por lo que realmente sólo fue votado favorablemente por el 47,8% de los andaluces mientras el 52,2% no lo votó o lo hizo en contra o en blanco. Peor aún son los datos del referéndum del segundo estatuto andaluz, el de 18 de febrero de 2007, donde sólo acudió a votar el 36,28% de la población con derecho a voto por lo que el vigente estatuto de autonomía de Andalucía sólo fue votado favorablemente por el 31,05% de los andaluces. 7 de cada 10 andaluces no lo votaron o lo hicieron en contra o en blanco.

La estructura política e institucional de las comunidades autónomas está empobreciendo a los ciudadanos mientras sigue enriqueciendo a una casta política indigna.

En un primer paso, si hubiera voluntad política, se podrían empezar a adelgazar YA las autonomías: eliminación de TODAS las empresas, agencias y fundaciones públicas; eliminación o venta de las televisiones autonómicas; cierre inmediato de “embajadas” autonómicas y devolución inmediata de algunas trasferencias al Estado o los ayuntamientos.

En un segundo paso, habría que convocar referéndum y preguntar al ciudadano si está dispuesto a seguir manteniendo el innecesario, ineficiente y caro sistema autonómico o prefiere ahorrarse los 86.000 millones anuales [2] que estamos pagando de sobrecoste para mantener las autonomías.

Es obvio que ningún partido va a tirar piedras sobre su propio tejado, sobre el sistema que da de comer a decenas de miles de enchufados en la Administración. Así que esto sólo puede venir por auténtica exigencia ciudadana. Una sociedad civil activa no puede permitir que los intereses políticos terminen de arruinar a los españoles. Es hora de alejarse de consignas y movimientos partidistas, de sindicatos clasistas que sólo representan sus propios intereses o de medios de comunicación que sólo actúan como altavoces del mensaje de las castas políticas. Sólo los ciudadanos españoles, de forma tan pacífica y civiliza como decidida y valiente, señalando y denunciando la situación podemos seguir despertando a la sociedad civil hasta que los partidos políticos terminen por tener que admitir la realización de un referéndum sobre las autonomías y las reformas estructurales que necesitamos para garantizar la democracia y evitar que nos vuelva a estafar la casta política en un futuro.

¿Cuántas veces hemos visto casos de corrupción en políticos de PP, PSOE, IU, CIU, PNV... que son defendidos por sus propios partidos o que incluso salen impunes tras recurrir hasta tribunales elegidos por el poder político o porque el delito ha prescrito?.

Y sin embargo, ¿cuántas veces hemos sentido sana envidia al oír cómo en Reino Unido un ministro dimite por mentir sobre una multa de tráfico o en Alemania hace lo mismo otro ministro por copiar su tesis doctoral?

El Presidente del Gobierno puede solicitar al Congreso de los Diputados autorización para efectuar un referéndum consultivo sobre el tema de las autonomías. (Ley orgánica 2/1980). El Congreso por mayoría absoluta puede autorizar la convocatoria y el Presidente del Gobierno solicita al rey su convocatoria. (Art.92.2 Constitución Española). Desde este punto, para la ejecución del Referéndum se aplica el Régimen Electoral General (Ley Orgánica 5/1985).

Si el resultado del referéndum obliga a cambiar la Constitución, debe procederse a aplicar el artículo 167 de la Constitución Española e iniciar el trámite correspondiente.

Una inmensa mayoría de ciudadanos empiezan a señalar con el dedo a las autonomías como el principal problema que tenemos los españoles para poder hacer sostenible la administración y mantener el estado del bienestar. Es cierto que las castas políticas siguen aferrándose a ellas mientras prefieren seguir recortando servicios y cargando el peso de esta crisis sobre el ciudadano. Pero, si en Reino Unido o Alemania un ministro se ve obligado a dimitir por una simple multa de tráfico, ¿cuánto tiempo aguantará aquí una casta política indigna (desde la izquierda hasta la derecha pasando por los nacionalistas) sin atajar el cáncer autonómico que nos está arruinando, si la sociedad civil sigue empobreciéndose pero empieza a levantar su voz pacíficamente para señalar con el dedo a la raíz del problema?

FUENTE:REFERENDUM AUTONOMIAS YA

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