SANTIAGO ABASCAL , VOX.
Santiago Abascal no abjura en ningún momento de su renombrada etapa de activa militancia en las filas del Partido Popular. Sin embar...go, él ya no deposita su fe en el modelo autonómico que vertebra España, icono ideológico sobre el que los populares se empeñan en cerrar filas, y justamente es en Vox, la formación que abandera con José Antonio Ortega Lara, donde ha descubierto sólidas respuestas ante los interrogantes que rodean el futuro de España, especialmente tras el atolladero desencadenado por las graves tentaciones secesionistas esgrimidas por la Generalitat de Cataluña.
«El modelo autonómico no solo ha supuesto un despilfarro constante de dinero, sino que se ha mostrado totalmente ineficaz», explica Abascal. Todo ello motiva que Vox haya destapado la caja de los truenos entre la opinión pública al abanderar de forma categórica la desaparición del modelo consensuado del Estado de las autonomías. «Hasta ahora únicamente UPyD se había atrevido proponiendo algo parecido, aunque solo parcialmente y de una forma un tanto contradictoria».
Borrar del mapa el Estado de las autonomías no debe interpretarse, según el contundente mensaje de Vox, con resucitar viejas tentaciones centralistas. Todo lo contrario, el partido de Santiago Abascal comulga con unas ideas que engarzan directamente con las funciones que desempeñan las Diputaciones provinciales. «Proponemos una descentralización administrativa que parta de una base provincial», desglosa el dirigente de Vox, De hecho, esta nueva formación política desempolva unas tablas estadísticas del Centro de Investigaciones Sociológicas, que arrojan tendencias absolutamente reveladoras sobre las convicciones profundas de los españoles.
No en vano y según subraya Santiago Abascal amparándose en el baile de dígitos que maneja el Cis, «hay un 25%» de españoles» que claman por la existencia de un «Estado unitario» y se declaran contrarios al Estado de las autonomías. «Y de esto no he oído hablar nada en el debate del Estado de la nación del otro día», ironiza Abascal. Para Vox, el tejido político en España se resume de una forma muy sintética en tres facciones diferenciadas. En un extremo de la balanza emerge el Partido Popular que comanda Mariano Rajoy, defensor a ultranza del «modelo autonómico». Un segundo frente lo encarna el PSOE «con su modelo federal» y un tercer bando se erige apiñado en torno a la arriesgada partida «separatista» que está jugando Artur Mas al frente de Convergencia i Unio. Vox no sintoniza con ninguna de estas mayoritarias tribus políticas. Todo lo contrario. Pontifica con tesis descentralizadoras que combina con el concepto de un Estado unitario sin ejecutivos ni parlamentos autonómicos y, al mismo tiempo, con una visión plural de la nación. «España –indica Santiago Abascal– ya era una realidad plural antes de nacer el Estado de las autonomías». Para mayor escarnio, la división autonómica explica «los problemas irreales, que no los había antes, que han surgido en varias regiones». Y es que él lo tiene muy claro frente a las posturas nacionalistas que dieron rienda suelta a la deriva autonómica: «España ya era una realidad plural antes de nacer el Estado de las Autonomías», enfatiza.
Separación real de poderes
Vox también irrumpe en el panorama político, especialmente ante los próximos comicios europeos, con un ideario de anhelos que abarca desde «la regeneración democrática de las instituciones y de los propios partidos políticos», resolviendo especialmente la siempre espinosa vertiente de financiación de los mismos, pasando por una separación real y efectiva de los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.
Precisamente y frente a los claroscuros y el océano de suspicacias que provocan las vías de financiación de las formaciones políticas, Vox hace gala de humildad, ejemplificando que cada militante «aporta una cuota mensual de nueve euros». Pese a esta tímida cantidad que roza lo simbólico, lo cierto es que los promotores de Vox no están predicando en solitario en el desierto ni mucho menos. En sus cortas semanas de vida han cosechado adhesiones por toda la geografía nacional «y tenemos ya 3.500 afiliados». Todo ello deberá adquirir forma con la articulación del correspondiente organigrama en «la asamblea nacional constituyente que vamos a celebrar el próximo 8 de marzo en Madrid».
Los hombres y mujeres de Vox no permanecen atrincherados ante la apasionante cita con las urnas del próximo 25 de mayo, pese al insolente bipartidismo político. Todo lo contrario. Sus augurios rebosan de optimismo y, aunque Abascal no es proclive a aventurar porcentajes de intención de voto, adelanta que Vox está manejando «muy buenas sensaciones» con vistas a los comicios.
LEER MÁS :http://www.elnortedecastilla.es/20140302/local/salamanca/abascal-espana-realidad-plural-201403021215.html
«El modelo autonómico no solo ha supuesto un despilfarro constante de dinero, sino que se ha mostrado totalmente ineficaz», explica Abascal. Todo ello motiva que Vox haya destapado la caja de los truenos entre la opinión pública al abanderar de forma categórica la desaparición del modelo consensuado del Estado de las autonomías. «Hasta ahora únicamente UPyD se había atrevido proponiendo algo parecido, aunque solo parcialmente y de una forma un tanto contradictoria».
Borrar del mapa el Estado de las autonomías no debe interpretarse, según el contundente mensaje de Vox, con resucitar viejas tentaciones centralistas. Todo lo contrario, el partido de Santiago Abascal comulga con unas ideas que engarzan directamente con las funciones que desempeñan las Diputaciones provinciales. «Proponemos una descentralización administrativa que parta de una base provincial», desglosa el dirigente de Vox, De hecho, esta nueva formación política desempolva unas tablas estadísticas del Centro de Investigaciones Sociológicas, que arrojan tendencias absolutamente reveladoras sobre las convicciones profundas de los españoles.
No en vano y según subraya Santiago Abascal amparándose en el baile de dígitos que maneja el Cis, «hay un 25%» de españoles» que claman por la existencia de un «Estado unitario» y se declaran contrarios al Estado de las autonomías. «Y de esto no he oído hablar nada en el debate del Estado de la nación del otro día», ironiza Abascal. Para Vox, el tejido político en España se resume de una forma muy sintética en tres facciones diferenciadas. En un extremo de la balanza emerge el Partido Popular que comanda Mariano Rajoy, defensor a ultranza del «modelo autonómico». Un segundo frente lo encarna el PSOE «con su modelo federal» y un tercer bando se erige apiñado en torno a la arriesgada partida «separatista» que está jugando Artur Mas al frente de Convergencia i Unio. Vox no sintoniza con ninguna de estas mayoritarias tribus políticas. Todo lo contrario. Pontifica con tesis descentralizadoras que combina con el concepto de un Estado unitario sin ejecutivos ni parlamentos autonómicos y, al mismo tiempo, con una visión plural de la nación. «España –indica Santiago Abascal– ya era una realidad plural antes de nacer el Estado de las autonomías». Para mayor escarnio, la división autonómica explica «los problemas irreales, que no los había antes, que han surgido en varias regiones». Y es que él lo tiene muy claro frente a las posturas nacionalistas que dieron rienda suelta a la deriva autonómica: «España ya era una realidad plural antes de nacer el Estado de las Autonomías», enfatiza.
Separación real de poderes
Vox también irrumpe en el panorama político, especialmente ante los próximos comicios europeos, con un ideario de anhelos que abarca desde «la regeneración democrática de las instituciones y de los propios partidos políticos», resolviendo especialmente la siempre espinosa vertiente de financiación de los mismos, pasando por una separación real y efectiva de los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.
Precisamente y frente a los claroscuros y el océano de suspicacias que provocan las vías de financiación de las formaciones políticas, Vox hace gala de humildad, ejemplificando que cada militante «aporta una cuota mensual de nueve euros». Pese a esta tímida cantidad que roza lo simbólico, lo cierto es que los promotores de Vox no están predicando en solitario en el desierto ni mucho menos. En sus cortas semanas de vida han cosechado adhesiones por toda la geografía nacional «y tenemos ya 3.500 afiliados». Todo ello deberá adquirir forma con la articulación del correspondiente organigrama en «la asamblea nacional constituyente que vamos a celebrar el próximo 8 de marzo en Madrid».
Los hombres y mujeres de Vox no permanecen atrincherados ante la apasionante cita con las urnas del próximo 25 de mayo, pese al insolente bipartidismo político. Todo lo contrario. Sus augurios rebosan de optimismo y, aunque Abascal no es proclive a aventurar porcentajes de intención de voto, adelanta que Vox está manejando «muy buenas sensaciones» con vistas a los comicios.
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